Está presente como principio activo en cremas, geles y champús, gracias a sus propiedades nutritivas, hidratantes y suavizantes. El almendro es un árbol procedente de Asia, cuyo fruto es la almendra, que aporta infinidad de nutrientes para el organismo y su uso en la cosmética es extendido desde la antigüedad. Sin duda, uno de los principios activos en la cosmética que reportan mayores ventajas. El aceite se obtiene con la técnica de prensado en frío, y, en cosmética, suele tener su mayor presentación en aceite refinado. Entre sus propiedades, destacan las vitaminas A, E y B, los ácidos grasos insaturados, ácidos linoleicos (como el omega 3 y 6) y minerales como el zinc que refuerzan la piel y el organismo de manera general.

Los beneficios del aceite de almendra dulce
Suele utilizarse como un perfecto hidratante y sirve para calmar la piel, especialmente para aplicar sobre la epidermis de los más pequeños y en aquellas personas que tienen la piel algo más sensible. Por otro lado, su principal uso es como remedio contra el envejecimiento, pues define el cutis, acaba con las arrugas y renueva, de forma natural, la epidermis. Se puede utilizar en rostro, cuerpo (para masajes), y especialmente para el cuidado intenso del cabello, y para reforzar las uñas.

¿Por qué es bueno para limpiar el rostro?
El aceite de almendra dulce está presente en muchas cremas limpiadoras del rostro porque ayuda a eliminar las impurezas y a dejar un cutis limpio, fresco y mucho más juvenil. Como es natural, es perfecto para todo tipo de piel y es apto para a ldiversidad de tratamientos que sirven para rejuvenecer el rostro. Aporta la hidratación y nutrición que la piel necesita para respirar. No solamente atenua las arrugas, sino que este aceite es especialmente bueno contra las ojeras y las bolsas. Se usa también para tratar la psoriasis y la dermatitis, calma el picor cuando suele haber problemas de erupciones cutáneas, y ayuda a aliviar la irritación. Además, el aceite suele tratar el acné en la piel y acaba con los puntos negros o piel grasa.

Una buena mascarilla o crema con este principio suele aplicarse en el rostro, y especialmente en aquellos lugares afectados por los granitos, se deja actuar, y luego se retira con agua. El profesional será el indicado en aportar el tratamiento a medida para cada problema y caso, donde el aceite de almendra dulce suele ser uno de los preferidos para tratar infinidad de problemas cutáneos y relacionados con la edad.

Aplicaciones a nivel corporal
Este aceite suele utilizarse como remedio en aromaterapia, pues ofrece propiedades calmantes y un aroma suave que gusta a muchas personas. En un masaje corporal suele elegirse por diversidad de razones, porque calma, relaja, deja la piel suave y nueva, y además no se absorbe rápidamente. Otro uso a nivel corporal está relacionado con la sequedad en codos y talones, siendo partes castigadas por el trabajo o el paso de los años. La utilización del aceite de almendra dulce aporta hidratación a estas partes del cuerpo que tienden a secarse rápidamente. A su vez, es un principio activo muy utilizado en cremas de manos. El aceite es un gran regenerador y devuelve suavidad y tersura a las manos. También suele aplicarse para tratar las estrías. Suele ser perfecto en diversos periodos y etapas por las que pasa la mujer, como el embarazo o la edad, que favorecen la aparición de estrías en determinadas zonas del cuerpo: estómago, barriga, caderas.

Suavizante para el cabello
Cuando se tiene el cabello seco, los acondicionadores actúan como soluciones contra el pelo dañado, fino y las puntas abiertas. Tales productos suelen llevar el aceite de almendra dulce como principio activo porque regenera el cuero cabelludo. Sirve también como mascarilla capital especialmente en épocas como el verano, cuando el cabello suele estropearse con mucha más facilidad. El aceite recupera la fibra capilar, aporta la suavidad que necesita, y protege el cabello de las agresiones externas. Para luchar contra las puntas abiertas, se recomienda aplicar unas gotas de este aceite después del lavado con el champú. De esta manera protege la estructura del cabello y evita que las puntas se abran.