La decoloración o aclarado del cabello es una de las técnicas estéticas que más daña el pelo porque suelen emplearse productos que son muy agresivos y nocivos para el cuero cabelludo. Es habitual que tras someterse a este proceso el cabello quede muy dañado.

Aceites para reparar el pelo dañado por decoloración
Para reparar el cabello dañado por decoloración, una de las mejores soluciones que existen son los aceites capilares porque aportan una gran hidratación y nutrición, lo que es clave cuando el pelo está tan castigado.

Aceite de oliva o de almendras: El aceite de oliva, es excelente por su capacidad de nutrición. Además, el cabello quedará muy suave. También puedes emplear aceite de almendras con el que evitarás que el pelo quede seco, sobre todo al principio.

Aceite de argán o macadamia: Entre los más indicados figuran, por ejemplo, los de argán o macadamia que, precisamente, destacan por hidratar y nutrir, gracias a su alto contenido natural en ácidos grasos insaturados. De esta manera, se evita la sequedad del cabello y se favorece la recuperación de las cutículas y del aspecto exterior del pelo, que tanto se daña con la decoloración. El resultado tras varias semanas de aplicación, es un cuero cabelludo sedoso y más brillante.

Aparte de los aceites y tratamientos con keratina, también es importante que utilices otro tipo de productos específicos como champús y mascarillas porque, seguramente, los que estabas empleando antes de la decoloración, no te servirán. Tienes que elegir siempre aquellos que indiquen que son reparadores o para cabello castigado. Una buena opción son los que contienen nanokeratina, que es todavía más potente que la keratina y, por lo tanto, su acción es mucho mayor para reparar el pelo.

Cuidados adicionales para recuperar el cabello
Además de estos tratamientos y soluciones, en el día a día es bueno que sigas otra serie de pautas para contribuir a cuidar tu pelo quemado.

Por ejemplo, siempre que te lo laves, trata de huir del agua demasiado caliente y opta por lavarlo con agua tibia y por terminar con un aclarado con agua fría.

A la hora del peinado, igualmente, ten cuidado. Nunca tires del pelo y procura emplear cepillos de cerdas naturales para peinarte y un peine de púas anchas para desenredarlo. Además, es el momento de dejar por un tiempo los secadores y planchas, sobre todo si no tienen control de temperatura, porque se debe evitar la aplicación de calor directa sobre el cabello. En caso contrario, por más que sigas tratamientos, no notarás los resultados.