Cuando se trata del cuidado de la piel, las emperatrices chinas tenían piel de porcelana miles de años antes de que inventarán los sérum y cremas sofisticadas de hoy.

Una de las acciones que siempre llevan a cabo es limpiar su rostro con agua de arroz, pues tiene propiedades hidratantes, ayuda a desinflamar y da tonicidad a la piel, además de disminuir el tamaño de los poros abiertos.

Otra gran opción de belleza dentro de la cultura china es el consumo de té verde, pues se caracteriza por sus antioxidantes y por ser un antiinflamatorio natural. En este caso recuerda que todo lo que consumas debe ser con moderación y una periodicidad específica.

Uno de los alimentos que beneficiará tu piel es el jengibre, pues limpia y exfolia, además de evitar la aparición prematura de arrugas, y darle tonicidad y firmeza.

Una medida que no debes dejar del lado es limitar el consumo de azúcar, lo que ayudará a frenar la oxidación celular, lo que invariablemente se notará en tu rostro.

Un secreto bien guardado por las mujeres asiáticas es el rodillo de jade que ayuda a dar un masaje facial que tiene una historia que ha perdurado a través de los siglos. Sus efectos son el incremento de la circulación de la sangre, drena toxinas y reduce la hinchazón.